Terapeuta familiar y su familia de origen
Terapeuta familiar y su familia de origen
Reflexión
Iniciaré con esta cita, “Al final, lo que buscas en la gente es consistencia, no perfección. La traición es lo que sientes cuando alguien no hace lo que esperabas. Solo eso.“ Deboraggach, Porky, 1983 (La infidelidad, 2001, pág.32), si comprendemos que lo esperamos, no siempre están dentro de los recursos del sistema familiar al que pertenecemos, podemos crear empatía, para lograr comprender, los patrones transgeneracionales.
La familia de origen es la la base de cada individuo, de manera inconsciente o consciente en ocasiones, estamos en esa lucha interna quizás de cultura, donde se cuestiona la religión, educación, con esas ideas con las que nos educaron, estos estereotipos, tan cuadrados, que se contraponen con lo que estamos aprendiendo en la interacción con nuestro medio, llámese escuela, trabajo, amistades, por mencionar algunos, esta parte en la que elegir lo mejor individualmente, no siempre es del agrado del sistema familiar de origen, cuando se quiere romper patrones transgeneracionales que están tan marcados, que solo el hecho de considerarlo se siente una <<traición>> al sistema familiar, “Fue descrito como la actitud confiable y positiva de los individuos hacia lo que ha dado en llamarse el «objeto» de la lealtad” (Lealtades invisibles, 2013, pág. 39), al que “dio todo para que fueras la persona de éxito, que él no pudo”.
Partiendo de esta pequeña introducción, cuando no se logra diferenciar del sistema familiar de origen, es como lo menciona los Dres. Arturo y Silvana Rohana, “Lo irónico del caso es que no son los individuos los que pelean, sino sus temores “heredados”, los patrones que adoptaron en los primeros años de su vida. Aquí hay otra paradoja: Lo que más odiamos es lo que más imitamos.” (“Nadie da lo que no tiene”, 2009, pág.29).
Esta es la paradoja por años guío mi vida, <<la queja>> es todo lo que salía de mi boca, lo mal que se encontraba mi sistema familiar, porque lograba identificarlo, esos detalles que me molestaban y odiaba, los lleve a mi casa, de algún modo invadieron mi entorno, estaban presente contaminando mi vida, seguía patrones, cargaba con “deberes” y “teneres”, inculcados desde niña, estaba en esta lucha de ser la mejor hija, hermana, esposa, madre, amante, estudiante, profesionista, perdí el control, la verdad es que nunca lo tuve, hasta que en mi proceso terapéutico se cuestionó, ¿mejor para quién?, momento en que entendí y decidí, vivir cada uno de mis roles, con libertad, soltar esas cargas ajenas, comprender que todo consiste en un solo hecho, como lo menciona Dilvar “Perdonar no es una acción en sí misma, perdonar es simplemente comprender. (El esclavo, 2000, pág.130), comprendí que a mi abuela no le enseñaron a ser madre, por ende mi madre no sabía ser madre, que yo no soy la mejor madre, pero que estamos aprendiendo, cada una con nuestros recursos, damos lo mejor, pero quiero hacer hincapié en lo que menciona Dilvar, “Una cosa es comprender y aceptar, y otra muy diferente es resignarse y aguantar.” (El esclavo, 2000, pág. 133)
Ya comprendí, aquí es cuando comienza lo mejor, el proceso personal, porque se lucha con él “Inconscientemente muchos desean que las circunstancias sigan igual aunque no sean ni productivas o siquiera agradables.” (El esclavo, 2000, pág.11)
Como terapeuta, mi deber es conocerme, tener en cuenta mis recursos, mis ambiciones y mis temores, comprender, tener el compromiso de resolver mis asuntos personales pendientes, recordando que mi Self se incorpora no solo en mi área personal, si no en la profesional, mis habilidades, internas, externas y teóricas, están presentes, por lo que trabajar en mi persona, mi mente, alma, cuerpo, más que un compromiso es una obligación ética y profesional. Si estoy bien, lo demás fluirá, porque, “Personalmente creo que una combinación bien equilibrada de trabajo, reflexión, humor y confianza en sí mismo son los ingredientes que se necesitan para vivir una vida eficiente.” (Guía para combatir las causas de la infelicidad, 2007, pág. 14), esto se logra con mucha voluntad y un buen proceso terapéutico.
En conclusión, quiero hacer énfasis, como individuo, se tiene que tener la congruencia personal e individual, si trabajo con la salud emocional, tengo que tener una buena salud emocional, ser profesional tener capacidad colaborativa, esta coordinación necesaria entre el terapeuta y otros profesionales, abogados, doctores y otros colegas.
Cierro con esta gran cita, “Ese juez que te reprocha, Ese verdugo que te castiga, ese mal amigo que siempre te critica, ¡eres tú mismo! Ya déjate en paz, ya perdónate, sólo tú puedes lograrlo.” ( El esclavo, 2000, pág. 239)
Gracias Blogger@s, por llegar hasta el final.Bibliografía
“Nadie da lo que no tiene”, Dres. Arturo y Silvana Rohana, 2009, mexico,
Rohana´s Global Sciense
“Guía para combatir las causas de la infelicidad”, Wayne W Dyer, 2007.
Lealtades invisibles. Boszormenyi-Nagy, Ivan y Geraldine M. Spark (2013). Amorrortu.
“El esclavo”, Anand Dílvar, 2000, México, camino rojo
“La infelicidad”, Mario Zumaya, 2001,México, Edamex
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